La batalla del vino es una fiesta popular que se desarrolla anualmente durante el 29 de junio, por la festividad de San Pedro, en la ciudad de Haro. Batalla pacifica, que tiene como única arma, arrojar miles de litros de vino.

Todo empezó tras la muerte de San Felices de Bilibio a mediados del S. VI. Los habitantes de la zona comenzaron a visitar la cueva de los Riscos de Bilibio, en la que se encontraban enterrados sus restos.

De la pasión por San Felices de Bilibio, de la romería a la ermita construida en los mismos riscos, donde antaño no hubo más que una humilde cueva, de la unión y celebración de éstos, nació la fiestaY es que, un día como cualquier otro 29 de junio, con el sol en sus espaldas, los jarreros estaban almorzando tras la misa en honor del Santo, después de andar en romería el trayecto que hay del pueblo a la ermita y, en un momento dado, realizando un gesto que luego se tornaría crucial para la vida de los habitantes de Haro, a algún parroquiano se le ocurrió la feliz idea de refrescar con el vino de su bota a su vecino de mesa. Este fue el desencadenante. Comenzaron los bautizos de vino, como los llamaban entonces. La batalla del vino había nacido.

En este acto donde se juntan lo religioso y lo pagano, el Regidor Sindico es quien encabeza la comitiva y el que coloca el Pendón de la ciudad en lo alto de las peñas. Se celebra una misa y después se da paso a la Batalla del Vino. Una vez terminada la batalla los asistentes organizan almuerzos para reponer fuerzas. Después retomaran el camino andado para regresar a Haro y ya en la Plaza de la Paz a las 12 darán las típicas “Vueltas” para completar un glorioso día.

En 1965 se concedió a esta celebración el título honorífico de “Fiesta de Interés Turístico”, en noviembre de 1998 el gobierno de La Rioja le concedió el título de “Fiesta de Interés turístico en La Rioja” y el 22 de marzo de 2011 fue declarada “Fiesta de Interés Turístico Nacional”. Así que, más que nunca, hay que disfrutar esta fiesta. ¡Viva la Batalla del Vino!

Reglas

El objetivo es manchar de vino al prójimo, hasta conseguir dejarlo más morado que el Pendón de Haro. Para conseguir este colorido efecto, te aconsejamos que sigas estas sencillas normas:

  • Vestir de blanco, con el pañuelo rojo típico de fiestas

  • Conseguir manchar de vino al vecino lo más rápido y mejor que puedas

  • Usar armas homologadas, como botas, botellas (que no sean de vidrio), sulfatadoras, calderos, pistolas de agua y cualquier otro recipiente que pueda albergar líquidos

  • Mientras dura la contienda, no hay que dejar de reír y cantar

  • Si ves a alguien que aún le quede una parte de su vestimenta en blanco, será tu objetivo preferente

  • No te fíes de nadie, tus conocidos serán tus primeros enemigos

  • Los músicos de las charangas no dejarán de tocar mientras quede vino

  • Si ves que la gente está sentada comiendo caracoles o chuletillas al sarmiento, es que la batalla se ha terminado y ha empezado el almuerzo